No todos los que están tristes están deprimidos, y no todos los que están deprimidos están tristes.
Esta no es una pregunta retórica, es muy importante reconocer la diferencia entre estar deprimido y estar triste para decidir la necesidad de tratamiento, controlar los síntomas y facilitar la recuperación.
La medicina en general es una ciencia de la intensidad y de la frecuencia; cuánto, con qué frecuencia y cómo nos están afectando los síntomas que sufrimos. Al final del día, no es solo lo que sufrimos, sino cómo el sufrimiento nos impide el funcionamiento normal de la vida.
Comencemos Con La Tristeza
La tristeza es una emoción humana NORMAL; Algunas personas lo han llamado una de las seis emociones básicas. En general, nuestra capacidad de experimentar tristeza está genéticamente codificada en nuestros cerebros. Por lo general, la tristeza es una emoción en reacción a tiempos difíciles, decepciones y pérdidas.
La mayoría de las personas que sufren de tristeza pueden identificar un evento que desencadena las emociones como la tristeza, ya sea una decepción romántica, un fracaso escolar, la pérdida de un ser querido, ser abandonado, etc.
En su mayor parte, la tristeza es temporal y fluctúa durante el día y puede no ser evidente cuando la persona está distraída u ocupada; luego vuelve cuando pensamos nuevamente en el evento que la causa.
La tristeza generalmente es por tiempo limitado y con frecuencia mejora con el llanto, la aceptación o el hablar. Si se vuelve consistente y más intenso con el tiempo, es posible que necesitemos sospechar la posibilidad de una enfermedad depresiva.
¿Qué Es La Depresión?
La depresión es una enfermedad del cerebro, que es intensa, constante y progresivamente más intensa que afecta las emociones, el pensamiento y el estado físico de quien la padece. La mayoría de las veces tiene una base genética, lo que significa que se da en familias. Puede comenzar por el mismo estrés que causa tristeza, pero eventualmente se vuelve constante, intensa y con frecuencia, incapacitante. Se cree que más de 17 millones de personas al año sufren al menos un episodio depresivo cada año en los Estados Unidos de Norteamérica. Es una de las enfermedades más incapacitantes en medicina.
Para hacer un diagnóstico de depresión, el individuo tiene que experimentar un estado de ánimo deprimido, la mayor parte del día, casi todos los días que dura al menos 2 semanas.
Un paciente que sufre de depresión experimenta dificultad para dormir, ya sea durmiendo demasiado o muy poco, disminución del apetito, en algunos casos aumento del apetito, ya sea con pérdida o aumento de peso.
Se sienten cansados la mayor parte del tiempo, carecen de motivación, tienen problemas importantes para concentrarse, no pueden disfrutar de las actividades diarias y con frecuencia se sienten tan mal que piensan que estarían mejor muertos (suicidio).
Con frecuencia, el contenido de su pensamiento es bastante negativo, y sienten que toda la maldad en su vida es su culpa.
Algunos pacientes tendrán todos los síntomas anteriores, pero no se sienten tristes, se sienten cansados y fatigados la mayor parte del tiempo. Esto es particularmente cierto para los hombres en general. Es común que los hombres expresen fatiga y cansancio como síntomas más culturalmente aceptables, en lugar de tristeza.
Si padece estos síntomas y presentación, es importante que se comunique con su médico y solicite una evaluación. La depresión no tratada tiene serias consecuencias, incluida la incapacidad laboral, no poder socializar con la familia, el estrés crónico con sus consecuencias biológicas, el empeoramiento de los problemas médicos y la posible muerte por suicidio. También se sabe que las personas que sufren depresión sin tratamiento tienen problemas médicos crónicos con más frecuencia como diabetes, hipertensión, problemas hormonales y la depresión pueden acortar su vida útil.
Dedicaremos un artículo completo para analizar los tratamientos disponibles para la depresión, incluidos los medicamentos, la terapia y la rehabilitación social.
Recuerde, el tratamiento adecuado no puede lograrse sin una evaluación integral, diagnóstico y comprensión del contexto del paciente.
Visitar a su médico y preguntarle acerca de los síntomas depresivos puede abrir la puerta al diálogo sobre sus síntomas y a encontrar opciones para un mejor funcionamiento y adaptación a la vida,
